Una visión que nos deja demasiados elementos tanto de la gerencia del proyectos, como el liderazgo de equipos, como la conformación de los mismos
Me tomaré el atrevimiento de marcar lo que me impactó.
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Pékerman, el CEO del año
El mayor éxito futbolístico en la historia de Colombia es el resultado de un trabajo de largo plazo. Ocho lecciones de liderazgo y gestión para los empresarios colombianos.
José Néstor Pékerman y su equipo de trabajo acaban de alcanzar el mayor de los logros en la historia del fútbol colombiano: poner a Colombia como la quinta mejor selección en un Mundial de Fútbol. De paso, le enseñaron a este país que sí es posible pensar en metas grandes y ambiciosas y que los colombianos no estamos condenados a ser siempre perdedores dignos. Podemos ganar.
La Selección Colombia no solamente jugó bien, sino que deslumbró al mundo entero. Comentaristas de Europa y Estados Unidos destacaron su estilo y el altísimo nivel del equipo. El comentario de Sally Jenkins, columnista del Washington Post, lo resume todo: “Una cosa es tener un equipo del cual estar orgulloso por su valiente actuación, y otra tener un equipo que todo el planeta quiere ver”, dijo al ubicar a Colombia entre las mejores selecciones del mundo.
Además, Pékerman logró algo que en Colombia es extraordinario. Construyó un proyecto colectivo, donde los egos y los protagonismos quedaron en segundo plano. Aunque el mundo reconoce hoy que Colombia tiene figuras de primera línea, Pékerman no permitió que nadie pusiera en duda que el protagonista de esta historia fuera la Selección. Como lo dice él mismo en un video que se ha vuelto viral en redes sociales, “es fácil jugar al individualismo, pero hacer equipo es a otro precio”.
La aspiración es que la Selección sea cada día más fuerte, aunque las figuras pasen. Que no sea flor de un día. “La gran diferencia de este equipo con el del 94 –que le ganó 5-0 a Argentina y clasificó al Mundial de Estados Unidos, pero que salió en la primera ronda– es su consistencia”, afirma Duarte Ramos, managing director de la firma cazatalentos Hays. Aunque tenemos ‘genios’ del fútbol para mostrar, lo más importante es que se tiene un equipo sólido.
La historia de esta Selección deja lecciones muy importantes desde una perspectiva empresarial. El reto que asumió Pékerman no es muy diferente a los desafíos que día a día deben resolver los empresarios de este país. Como Pékerman, muchos de ellos tienen un material básico muy bueno y necesitan convertirlo en un producto capaz de triunfar en los más exigentes escenarios internacionales ¿Cómo lograr que el potencial se materialice en resultados extraordinarios? ¿Cómo hacer realidad la visión?
Pékerman, quien ha actuado como un auténtico CEO en este proyecto, podrá compartir sus buenas lecciones con las empresas de nuestro país. El análisis de la experiencia de la Selección permite entender las claves del éxito de su gestión. El resultado no se obtuvo de la noche a la mañana, salió de un trabajo cuidadoso y de largo plazo. Fue necesario invertir y tomar riesgos, sabiendo que los frutos solo se verían con el tiempo. El líder se dedicó a consolidar una visión y atender todo lo necesario para hacerla realidad, sin desgastarse en discusiones, ni especulaciones, ni altercados de poca monta.
Pékerman logró sacar lo mejor de su gente y demostró un don que caracteriza a los buenos presidentes de empresa: enseñó a través del ejemplo, –la única manera de enseñar–.
Estas claves del éxito se pueden resumir en ocho puntos fundamentales.
1| No nos podemos equivocar al escoger al líder
Hay muchas razones que llevan a las organizaciones a escoger malos líderes y a persistir en la equivocación. También hay muchas formas de equivocarse en este tema tan crítico.
En Colombia llevábamos años dando bandazos en la escogencia de un director técnico para la Selección. Por el puesto pasaron Jorge Luis Pinto, Eduardo Lara, Reinaldo Rueda, Hernán Darío Gómez y Leonel Álvarez. Unos muy exigentes, otros sin carácter y uno con escándalos. Cuando se presentó la vacante para reemplazar a Álvarez hubo varios entrenadores internacionales en la baraja, incluyendo al extécnico del Barcelona, Gerardo ‘El Tata’ Martino, quien estuvo listo para firmar contrato. Sin embargo, esa negociación fracasó.
Finalmente, José Néstor Pékerman, quien estuvo entre los nombres considerados inicialmente, apareció de nuevo y fue el elegido. “Contratar al profesor Pékerman es la mejor decisión que he tomado en mi vida”, explicó el presidente de la Federación de Fútbol, Luis Bedoya. Pékerman no solo es uno de los mejores técnicos del mundo hoy, sino que es una excelente persona.
Pékerman se concentró siempre en lo que tenía que hacer. Nunca tuvo frases destempladas, ni dio declaraciones explosivas, ni buscó fuera de la cancha resultados que solamente se podían dar en el terreno de juego. Anunció sus prioridades y las siguió, construyendo el camino paso a paso. Dio ejemplo de consistencia y trabajo sistemático. Nunca permitió que se pusiera en duda quién estaba a la cabeza de este proyecto.
2| El objetivo no es jugar, el objetivo es ganar
Muchos equipos salen a la cancha con la meta de jugar fútbol, pocos llegan a ganar un Mundial. Colombia jugó cada partido con la meta de ganarlo y Pékerman ajustó todo para ese objetivo.
Nunca más en Colombia perder será ‘ganar un poco’. Si se prepara un proyecto como este y se invierten recursos sustanciales en su ejecución, el objetivo focal de todos los miembros del equipo debe ser ganar. Esa es quizás la mayor enseñanza que nos deja esta Selección. Todos los miembros del equipo deben estar enfocados en afinar las habilidades distintivas que permitirán alcanzar el objetivo. Todos deben aportar a construir un verdadero juego de equipo que permita entregar el resultado. La serenidad, la preparación, la creciente confianza mutua se desarrollan a la luz de una meta compartida, nítida en la mente de todos: ganar.
Lo bueno de esto es que ganar genera costumbre y crea nuevos retos. Colombia no va a volver a un Mundial pensando que debería aspirar a nada menos que llegar a cuartos de final. Eso es lo que esperamos en Rusia 2018. Se han roto las barreras de pensamiento y ahora la discusión comienza allí: ¿Qué tenemos que hacer para no quedarnos en cuartos de final? ¿Cómo llegar a ser campeones?
.3| El talento es la base de todo
El lado más fuerte de Pékerman es su capacidad para administrar el talento. Logra que cada jugador se convenza de que tiene un gran potencial por desarrollar y que el mejor entorno para lograrlo es el equipo. Todos saben que si la Selección, como un todo, no está en su mejor nivel, ninguno de ellos podrá brillar individualmente. Pékerman sabe cómo sacar lo mejor de cada uno de sus jugadores, no solo con entrenamiento físico, sino también con el trabajo mental (que es uno de los frentes donde esta Selección mostró sus mayores logros). La selección nunca estuvo dividida y todas las tensiones se manejaron en su momento.
Al mismo tiempo, el talento necesita recursos. El presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Luis Bedoya, asegura que se les han ofrecido las mejores condiciones a los jugadores. Pékerman sabía lo que necesitaba y la Federación lo puso todo a su disposición. Especialistas para recuperación después de los partidos, infraestructura deportiva para los entrenamientos, comodidad durante los viajes, alojamiento, aditamentos deportivos. Estos no son lujos, sino condiciones necesarias para que una selección nacional de fútbol llegue a los más exigentes escenarios. A Pékerman le han dado todo lo que ha pedido. Bedoya asegura que la inversión más importante fue la sede de la Selección Colombia en Bogotá, donde se invirtieron más de $15.000 millones. Es prácticamente una sede cinco estrellas para las concentraciones de las selecciones.
Finalmente, Pékerman demuestra que se puede ser un jefe exigente sin tratar mal a la gente. Cuando le pide a un jugador que dé más de sí mismo, su mensaje es contundente. Sin embargo, no hacen falta insultos ni pataletas. Su autoridad es contundente porque sabe de qué habla y sabe llegarles a sus jugadores, no ha permitido que se relaje la disciplina ni que florezcan los gestos individuales. Después de todo esto, le queda tiempo para tratar bien a la gente.
4| Se necesita fogueo internacional
Buena parte de los logros se debe a que numerosos jugadores de la Selección han hecho sus armas en los grandes clubes del mundo. Si queremos ganar en el medio internacional, necesitamos jugadores que lo conozcan y se sientan cómodos allí. En este equipo había 16 jugadores que trabajan para ligas tan competitivas como las de Italia, España, Portugal, Inglaterra, Alemania y Holanda; cuatro juegan en Argentina y los otros tres en equipos colombianos. Cuando entraban a la cancha y veían a sus contrincantes, reconocían las mismas caras con las que se encuentran habitualmente en competiciones en Europa. Hay un “estado del arte” internacional en materia de fútbol y los jugadores colombianos lo conocen, no les inspira temor.
Esta es una lección de oro para los empresarios colombianos: si queremos tener equipos competitivos internacionalmente, asegurémonos de tener personas que se muevan bien en ese medio. No debemos tener temor a contratar gente bien fogueada; al contrario, esa es la que se necesita para subirle el nivel a toda la empresa.
5| Perderle el miedo a la curva de aprendizaje
Buena parte de los resultados que vemos hoy se dieron porque la Federación se dio cuenta de que estaba metida en un problema de largo plazo, que necesitaba una solución de largo plazo.
“Cuando fuimos eliminados del Mundial de 2010, comenzamos a hacer reuniones con todos los actores del fútbol. Empezamos a mirar cómo definir objetivos y planes estratégicos”, cuenta Bedoya. Hasta ese momento, la estrategia había estado enfocada en el corto plazo y en apagar incendios. Por ejemplo, no había sido diseñada una estrategia para definir la generación de relevo que reemplazaría a los jugadores que hicieron historia en los años noventa. Esto explica en buena parte los fracasos del fútbol colombiano en los últimos 16 años.
“Hay que perderle el miedo a la curva de aprendizaje”, dice Duarte Ramos, de Hays. Es necesario apostar a largo plazo y tener persistencia.
Hacia adelante, hay que cuidar el proceso con Pékerman, que ya dio resultados. Es necesario movilizar una estrategia que siga estos mismos lineamientos para generar una generación de relevo que esté lista a reemplazar a James, Falcao, Yepes, Quintero, Cuadrado y los demás, cuando llegue el momento. En dos mundiales más, Colombia ya debe tener los jugadores que van a reemplazar a las figuras actuales. Si no lo logramos, las posibilidades de fracasar serán muy altas.
6| La plata manda
Con esta selección quedó claro que la calidad cuesta. La Federación entendió eso y gracias a la gestión comercial logró recaudar más de US$47 millones (entre dinero en efectivo y pagos en especie como uniformes y dotación). “Cuando llegué a la Federación hace 8 años, había dos patrocinadores y cada uno ponía US$4 millones”, recuerda Luis Bedoya. Hoy, el equipo cuenta con muchos más patrocinadores y el aporte promedio supera los US$4 millones.
Bavaria, Homecenter, Movistar, Pacific Rubiales, Procter & Gamble, Adidas, Caracol, Allianz, Efecty, Golty y Avianca le pusieron el alma a esta selección con grandes sumas de dinero (ver recuadro pág. 43).
Carolina Jaramillo, directora de Sports Marketing de IPG Media Brands, explica que las marcas que apostaron desde el principio hoy están recogiendo los resultados de su inversión. “Muchas de ellas se subieron a los patrocinios cuando ni siquiera Colombia estaba clasificada al Mundial. Una vez clasificados, no se sabía cómo nos iba a ir”. Para ella, es claro que invertir implica un riesgo, pero en este caso fue ampliamente recompensado, pues la exposición que obtuvieron estas marcas fue extraordinaria, a la luz de los resultados.
7| Información y análisis, las prioridades
El antídoto contra los amuletos y la superstición es un arsenal de datos e información. Pékerman cuenta con personas que le ayudan en su estrategia de tener toda la información posible sobre cada jugador y sobre el equipo que va a enfrentar. Esto es un insumo fundamental a la hora de definir estrategias en cada compromiso.
Cuando los hechos son desfavorables, Pékerman no se permite caer en fantasías. Él mismo le contó al periodista Rolando Hanglin en 2011, durante una emisión del programa Relaciones Humanas del canal C5N de la televisión argentina, por qué se había retirado del fútbol a los 28: sufrió una lesión y ante la imposibilidad de lograr nuevamente un rendimiento de 100% decidió retirarse. “Quiero tanto al fútbol que yo sé que no puedo jugar dando ventajas”, explicó.
Aplicó ese mismo criterio cuando tuvo que tomar la decisión de no llevar a Falcao al Mundial. Lo que estaba en consideración no era si Falcao actúa como un imán de buenas energías para la selección, o si le trae buena suerte a Colombia. La cuestión era si Falcao podía aportar en esta oportunidad a las ventajas objetivas del equipo frente a los competidores. Siempre estuvo claro que un jugador lesionado no puede hacer el mejor aporte a la meta. En la medida en que no se recuperó a tiempo, la decisión estaba tomada.
8| Flexibilidad para enfrentar lo inesperado
Pékerman confía en su sistema, pero también sabe que no existen las panaceas. Llevar una fórmula exitosa a extremos conduce a cometer errores graves. En una entrevista para un medio argentino, Pékerman planteó sus reparos a la preparación física excesiva. “¿Por qué hay que preparar a los futbolistas desde tan chicos en asuntos físicos? Se vuelven duros y se pierde el feeling con la pelota”, señaló.
En el Mundial, tuvo que revisar varias veces su nómina y acomodarla a cada partido. La capacidad de reacción frente a las circunstancias inesperadas es una lección para cualquier organización.
***
Que siga Pékerman
Desde el presidente Santos en adelante, la gran mayoría de los colombianos quiere que Pékerman siga dirigiendo la Selección. Los resultados son más que satisfactorios. Quizás nadie había medido lo que podía significar para Colombia tener una selección de fútbol exitosa, después de tantos años de frustraciones y tantas experiencias dolorosas que ha vivido este país.
Sin embargo, mantener a Pékerman y su modelo de hacer fútbol va a ser complejo. La negociación apenas comienza y el punto de partida es alto: el contrato con Pékerman fue de US$3 millones por cada año del actual proceso.
En la Federación Colombiana de Fútbol quieren que siga, para profundizar la estrategia e incorporando objetivos en las selecciones juveniles y femeninas. Sin embargo, el esfuerzo financiero será sustancial. Los gastos no van solamente por cuenta de su salario, sino de la operación de soporte que él exige para tener una selección nacional del nivel que se desea.
Al interior de la Federación deben estar haciendo cuentas sobre los costos de ese nuevo proceso que se inicia ahora e incluye la Copa América en Chile, en 2015, y luego el proceso de eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018.
La negociación con los patrocinadores también va a ser clave. Muchos de los sponsors tienen contrato hasta diciembre de este año. Y de lo que la Federación renegocie para los próximos cuatro años saldrá el dinero para pagar el nuevo proceso.
Pékerman sabe que los colombianos lo queremos, pero también sabe que tiene todo en la mano para negociar. Si aspiramos a seguir el camino que él señaló, tendremos que estar dispuestos a pagar los costos.
La Selección Colombia no solamente jugó bien, sino que deslumbró al mundo entero. Comentaristas de Europa y Estados Unidos destacaron su estilo y el altísimo nivel del equipo. El comentario de Sally Jenkins, columnista del Washington Post, lo resume todo: “Una cosa es tener un equipo del cual estar orgulloso por su valiente actuación, y otra tener un equipo que todo el planeta quiere ver”, dijo al ubicar a Colombia entre las mejores selecciones del mundo.
Además, Pékerman logró algo que en Colombia es extraordinario. Construyó un proyecto colectivo, donde los egos y los protagonismos quedaron en segundo plano. Aunque el mundo reconoce hoy que Colombia tiene figuras de primera línea, Pékerman no permitió que nadie pusiera en duda que el protagonista de esta historia fuera la Selección. Como lo dice él mismo en un video que se ha vuelto viral en redes sociales, “es fácil jugar al individualismo, pero hacer equipo es a otro precio”.
La aspiración es que la Selección sea cada día más fuerte, aunque las figuras pasen. Que no sea flor de un día. “La gran diferencia de este equipo con el del 94 –que le ganó 5-0 a Argentina y clasificó al Mundial de Estados Unidos, pero que salió en la primera ronda– es su consistencia”, afirma Duarte Ramos, managing director de la firma cazatalentos Hays. Aunque tenemos ‘genios’ del fútbol para mostrar, lo más importante es que se tiene un equipo sólido.
La historia de esta Selección deja lecciones muy importantes desde una perspectiva empresarial. El reto que asumió Pékerman no es muy diferente a los desafíos que día a día deben resolver los empresarios de este país. Como Pékerman, muchos de ellos tienen un material básico muy bueno y necesitan convertirlo en un producto capaz de triunfar en los más exigentes escenarios internacionales ¿Cómo lograr que el potencial se materialice en resultados extraordinarios? ¿Cómo hacer realidad la visión?
Pékerman, quien ha actuado como un auténtico CEO en este proyecto, podrá compartir sus buenas lecciones con las empresas de nuestro país. El análisis de la experiencia de la Selección permite entender las claves del éxito de su gestión. El resultado no se obtuvo de la noche a la mañana, salió de un trabajo cuidadoso y de largo plazo. Fue necesario invertir y tomar riesgos, sabiendo que los frutos solo se verían con el tiempo. El líder se dedicó a consolidar una visión y atender todo lo necesario para hacerla realidad, sin desgastarse en discusiones, ni especulaciones, ni altercados de poca monta.
Pékerman logró sacar lo mejor de su gente y demostró un don que caracteriza a los buenos presidentes de empresa: enseñó a través del ejemplo, –la única manera de enseñar–.
Estas claves del éxito se pueden resumir en ocho puntos fundamentales.
1| No nos podemos equivocar al escoger al líder
Hay muchas razones que llevan a las organizaciones a escoger malos líderes y a persistir en la equivocación. También hay muchas formas de equivocarse en este tema tan crítico.
En Colombia llevábamos años dando bandazos en la escogencia de un director técnico para la Selección. Por el puesto pasaron Jorge Luis Pinto, Eduardo Lara, Reinaldo Rueda, Hernán Darío Gómez y Leonel Álvarez. Unos muy exigentes, otros sin carácter y uno con escándalos. Cuando se presentó la vacante para reemplazar a Álvarez hubo varios entrenadores internacionales en la baraja, incluyendo al extécnico del Barcelona, Gerardo ‘El Tata’ Martino, quien estuvo listo para firmar contrato. Sin embargo, esa negociación fracasó.
Finalmente, José Néstor Pékerman, quien estuvo entre los nombres considerados inicialmente, apareció de nuevo y fue el elegido. “Contratar al profesor Pékerman es la mejor decisión que he tomado en mi vida”, explicó el presidente de la Federación de Fútbol, Luis Bedoya. Pékerman no solo es uno de los mejores técnicos del mundo hoy, sino que es una excelente persona.
Pékerman se concentró siempre en lo que tenía que hacer. Nunca tuvo frases destempladas, ni dio declaraciones explosivas, ni buscó fuera de la cancha resultados que solamente se podían dar en el terreno de juego. Anunció sus prioridades y las siguió, construyendo el camino paso a paso. Dio ejemplo de consistencia y trabajo sistemático. Nunca permitió que se pusiera en duda quién estaba a la cabeza de este proyecto.
2| El objetivo no es jugar, el objetivo es ganar
Muchos equipos salen a la cancha con la meta de jugar fútbol, pocos llegan a ganar un Mundial. Colombia jugó cada partido con la meta de ganarlo y Pékerman ajustó todo para ese objetivo.
Nunca más en Colombia perder será ‘ganar un poco’. Si se prepara un proyecto como este y se invierten recursos sustanciales en su ejecución, el objetivo focal de todos los miembros del equipo debe ser ganar. Esa es quizás la mayor enseñanza que nos deja esta Selección. Todos los miembros del equipo deben estar enfocados en afinar las habilidades distintivas que permitirán alcanzar el objetivo. Todos deben aportar a construir un verdadero juego de equipo que permita entregar el resultado. La serenidad, la preparación, la creciente confianza mutua se desarrollan a la luz de una meta compartida, nítida en la mente de todos: ganar.
Lo bueno de esto es que ganar genera costumbre y crea nuevos retos. Colombia no va a volver a un Mundial pensando que debería aspirar a nada menos que llegar a cuartos de final. Eso es lo que esperamos en Rusia 2018. Se han roto las barreras de pensamiento y ahora la discusión comienza allí: ¿Qué tenemos que hacer para no quedarnos en cuartos de final? ¿Cómo llegar a ser campeones?
.3| El talento es la base de todo
El lado más fuerte de Pékerman es su capacidad para administrar el talento. Logra que cada jugador se convenza de que tiene un gran potencial por desarrollar y que el mejor entorno para lograrlo es el equipo. Todos saben que si la Selección, como un todo, no está en su mejor nivel, ninguno de ellos podrá brillar individualmente. Pékerman sabe cómo sacar lo mejor de cada uno de sus jugadores, no solo con entrenamiento físico, sino también con el trabajo mental (que es uno de los frentes donde esta Selección mostró sus mayores logros). La selección nunca estuvo dividida y todas las tensiones se manejaron en su momento.
Al mismo tiempo, el talento necesita recursos. El presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Luis Bedoya, asegura que se les han ofrecido las mejores condiciones a los jugadores. Pékerman sabía lo que necesitaba y la Federación lo puso todo a su disposición. Especialistas para recuperación después de los partidos, infraestructura deportiva para los entrenamientos, comodidad durante los viajes, alojamiento, aditamentos deportivos. Estos no son lujos, sino condiciones necesarias para que una selección nacional de fútbol llegue a los más exigentes escenarios. A Pékerman le han dado todo lo que ha pedido. Bedoya asegura que la inversión más importante fue la sede de la Selección Colombia en Bogotá, donde se invirtieron más de $15.000 millones. Es prácticamente una sede cinco estrellas para las concentraciones de las selecciones.
Finalmente, Pékerman demuestra que se puede ser un jefe exigente sin tratar mal a la gente. Cuando le pide a un jugador que dé más de sí mismo, su mensaje es contundente. Sin embargo, no hacen falta insultos ni pataletas. Su autoridad es contundente porque sabe de qué habla y sabe llegarles a sus jugadores, no ha permitido que se relaje la disciplina ni que florezcan los gestos individuales. Después de todo esto, le queda tiempo para tratar bien a la gente.
4| Se necesita fogueo internacional
Buena parte de los logros se debe a que numerosos jugadores de la Selección han hecho sus armas en los grandes clubes del mundo. Si queremos ganar en el medio internacional, necesitamos jugadores que lo conozcan y se sientan cómodos allí. En este equipo había 16 jugadores que trabajan para ligas tan competitivas como las de Italia, España, Portugal, Inglaterra, Alemania y Holanda; cuatro juegan en Argentina y los otros tres en equipos colombianos. Cuando entraban a la cancha y veían a sus contrincantes, reconocían las mismas caras con las que se encuentran habitualmente en competiciones en Europa. Hay un “estado del arte” internacional en materia de fútbol y los jugadores colombianos lo conocen, no les inspira temor.
Esta es una lección de oro para los empresarios colombianos: si queremos tener equipos competitivos internacionalmente, asegurémonos de tener personas que se muevan bien en ese medio. No debemos tener temor a contratar gente bien fogueada; al contrario, esa es la que se necesita para subirle el nivel a toda la empresa.
5| Perderle el miedo a la curva de aprendizaje
Buena parte de los resultados que vemos hoy se dieron porque la Federación se dio cuenta de que estaba metida en un problema de largo plazo, que necesitaba una solución de largo plazo.
“Cuando fuimos eliminados del Mundial de 2010, comenzamos a hacer reuniones con todos los actores del fútbol. Empezamos a mirar cómo definir objetivos y planes estratégicos”, cuenta Bedoya. Hasta ese momento, la estrategia había estado enfocada en el corto plazo y en apagar incendios. Por ejemplo, no había sido diseñada una estrategia para definir la generación de relevo que reemplazaría a los jugadores que hicieron historia en los años noventa. Esto explica en buena parte los fracasos del fútbol colombiano en los últimos 16 años.
“Hay que perderle el miedo a la curva de aprendizaje”, dice Duarte Ramos, de Hays. Es necesario apostar a largo plazo y tener persistencia.
Hacia adelante, hay que cuidar el proceso con Pékerman, que ya dio resultados. Es necesario movilizar una estrategia que siga estos mismos lineamientos para generar una generación de relevo que esté lista a reemplazar a James, Falcao, Yepes, Quintero, Cuadrado y los demás, cuando llegue el momento. En dos mundiales más, Colombia ya debe tener los jugadores que van a reemplazar a las figuras actuales. Si no lo logramos, las posibilidades de fracasar serán muy altas.
6| La plata manda
Con esta selección quedó claro que la calidad cuesta. La Federación entendió eso y gracias a la gestión comercial logró recaudar más de US$47 millones (entre dinero en efectivo y pagos en especie como uniformes y dotación). “Cuando llegué a la Federación hace 8 años, había dos patrocinadores y cada uno ponía US$4 millones”, recuerda Luis Bedoya. Hoy, el equipo cuenta con muchos más patrocinadores y el aporte promedio supera los US$4 millones.
Bavaria, Homecenter, Movistar, Pacific Rubiales, Procter & Gamble, Adidas, Caracol, Allianz, Efecty, Golty y Avianca le pusieron el alma a esta selección con grandes sumas de dinero (ver recuadro pág. 43).
Carolina Jaramillo, directora de Sports Marketing de IPG Media Brands, explica que las marcas que apostaron desde el principio hoy están recogiendo los resultados de su inversión. “Muchas de ellas se subieron a los patrocinios cuando ni siquiera Colombia estaba clasificada al Mundial. Una vez clasificados, no se sabía cómo nos iba a ir”. Para ella, es claro que invertir implica un riesgo, pero en este caso fue ampliamente recompensado, pues la exposición que obtuvieron estas marcas fue extraordinaria, a la luz de los resultados.
7| Información y análisis, las prioridades
El antídoto contra los amuletos y la superstición es un arsenal de datos e información. Pékerman cuenta con personas que le ayudan en su estrategia de tener toda la información posible sobre cada jugador y sobre el equipo que va a enfrentar. Esto es un insumo fundamental a la hora de definir estrategias en cada compromiso.
Cuando los hechos son desfavorables, Pékerman no se permite caer en fantasías. Él mismo le contó al periodista Rolando Hanglin en 2011, durante una emisión del programa Relaciones Humanas del canal C5N de la televisión argentina, por qué se había retirado del fútbol a los 28: sufrió una lesión y ante la imposibilidad de lograr nuevamente un rendimiento de 100% decidió retirarse. “Quiero tanto al fútbol que yo sé que no puedo jugar dando ventajas”, explicó.
Aplicó ese mismo criterio cuando tuvo que tomar la decisión de no llevar a Falcao al Mundial. Lo que estaba en consideración no era si Falcao actúa como un imán de buenas energías para la selección, o si le trae buena suerte a Colombia. La cuestión era si Falcao podía aportar en esta oportunidad a las ventajas objetivas del equipo frente a los competidores. Siempre estuvo claro que un jugador lesionado no puede hacer el mejor aporte a la meta. En la medida en que no se recuperó a tiempo, la decisión estaba tomada.
8| Flexibilidad para enfrentar lo inesperado
Pékerman confía en su sistema, pero también sabe que no existen las panaceas. Llevar una fórmula exitosa a extremos conduce a cometer errores graves. En una entrevista para un medio argentino, Pékerman planteó sus reparos a la preparación física excesiva. “¿Por qué hay que preparar a los futbolistas desde tan chicos en asuntos físicos? Se vuelven duros y se pierde el feeling con la pelota”, señaló.
En el Mundial, tuvo que revisar varias veces su nómina y acomodarla a cada partido. La capacidad de reacción frente a las circunstancias inesperadas es una lección para cualquier organización.
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Que siga Pékerman
Desde el presidente Santos en adelante, la gran mayoría de los colombianos quiere que Pékerman siga dirigiendo la Selección. Los resultados son más que satisfactorios. Quizás nadie había medido lo que podía significar para Colombia tener una selección de fútbol exitosa, después de tantos años de frustraciones y tantas experiencias dolorosas que ha vivido este país.
Sin embargo, mantener a Pékerman y su modelo de hacer fútbol va a ser complejo. La negociación apenas comienza y el punto de partida es alto: el contrato con Pékerman fue de US$3 millones por cada año del actual proceso.
En la Federación Colombiana de Fútbol quieren que siga, para profundizar la estrategia e incorporando objetivos en las selecciones juveniles y femeninas. Sin embargo, el esfuerzo financiero será sustancial. Los gastos no van solamente por cuenta de su salario, sino de la operación de soporte que él exige para tener una selección nacional del nivel que se desea.
Al interior de la Federación deben estar haciendo cuentas sobre los costos de ese nuevo proceso que se inicia ahora e incluye la Copa América en Chile, en 2015, y luego el proceso de eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018.
La negociación con los patrocinadores también va a ser clave. Muchos de los sponsors tienen contrato hasta diciembre de este año. Y de lo que la Federación renegocie para los próximos cuatro años saldrá el dinero para pagar el nuevo proceso.
Pékerman sabe que los colombianos lo queremos, pero también sabe que tiene todo en la mano para negociar. Si aspiramos a seguir el camino que él señaló, tendremos que estar dispuestos a pagar los costos.
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